ALENRO, fue fundado por el Profesor Alfredo Enrique Ruiz Orellana y su esposa doña Elida Sofía Castañeda de Ruiz. Cuando él se jubiló de la Escuela Nacional Central de Ciencias Comerciales sección nocturna, mejor conocida como la Escuela de Comercio, después de 9 años de haber impartido clases en ese centro educativo; durante su ejercicio docente, observó que no existían libros actualizados de contabilidad que facilitaran el aprendizaje contable, de igual forma no había ningún centro que permitiera a los alumnos y contadores en el ejercicio, reforzarse y actualizarse en esta materia, por lo que el profesor, visionario y emprendedor fundó el Centro de Estudios ALENRO; simultáneamente empezó a escribir el primer folleto que en ese entonces tenía 19 páginas y hoy lo integran 284, siendo el texto número uno en materia contable a nivel nacional, el cual tiene por título “Practiquemos Contabilidad”.
Ver hacia atrás permite descubrir el inicio de una historia que nace en contexto con esta frase: “Perdiendo también se gana”, debido a que el Profesor ALENRO fue jubilado por invalidez; más su espíritu emprendedor y responsabilidad familiar, lo llevaron a iniciar en las instalaciones de su casa, ubicada en la zona 6 de la ciudad capital, la primera sede de ALENRO. A los dos meses después de su apertura fue tanta la aceptación de parte de los estudiantes que se vio obligado a buscar otro lugar.
Rentó un aula con capacidad de 80 alumnos, en las instalaciones de un colegio particular en la zona 1, el cual también fue insuficiente, por lo que se trasladó a las antiguas instalaciones de la Universidad Francisco Marroquín a un aula con capacidad para 160 estudiantes, a los 8 meses le solicitaron el aula por lo que se trasladó al Jardín Botánico de la Universidad de San Carlos en zona 10, donde le alquilaron un aula bastante grande y allí estuvo durante 5 meses; luego decidió alquilar una bodega en la 11 calle y 10ª avenida zona 1, debido a la alta afluencia de alumnos le volvieron a solicitar el aula; por lo que decidió alquilar un terreno que estaba en la 10ª. avenida entre 10ª. y 11 calles donde construyó 3 aulas de fibrolit donde se estableció durante 3 años; en vista de la gran aceptación que tuvo el profesor, se vio obligado a comprar su propio terreno, que es donde actualmente está ubicada desde el año de 1992, en la 11 calle 11-74, zona 1. Este gran recorrido ha valido la pena, creemos en la capacitación, creemos en el conocimiento compartido, creemos en una mejor Guatemala.